martes, 19 de mayo de 2009

DIEZ RAZONES POR LAS QUE CAMPS DEBE DIMITIR

1. Con su comportamiento ha hecho de la Comunitat y sus instituciones, un elemento de vergüenza para los valencianos y las valencianas
2. Por el comportamiento del que ha hecho gala desde el 6 de febrero hasta hoy mismo, negándolo todo, incluso conocer a los responsables de la trama, y callando cuando han salido a la luz pruebas que demuestran que miente.
3. Por ser el primer presidente de la Generalitat Valenciana, en 30 años de democracia, que tendrá que dar cuentas ante los tribunales por un delito de cohecho.
4. Porque vivimos tiempos difíciles y es más que cuestionable la capacidad de Camps para hacer frente. Camps no ha apoyado al Gobierno de España en sus medidas contra la crisis, no ha tomado medidas efectivas en la Comunidad (sólo ha hecho carísimos eventos) y desde que saltó el escándalo sólo se preocupa de él mismo y no de los valencianos.
5. Por no dar la cara y no asumir responsabilidades. Durante todo el tiempo que dura la investigación, Camps ha reducido alarmantemente el funcionamiento de las Corts, ha evadido las preguntas de los periodistas, ha huido yéndose de viaje, ha atacado a los jueces y ha impuesto la censura en RTVV hasta límites insultantes.
6. Por retar a la oposición a presentar declaración de bienes (algo que Jorge Alarte ha hecho), mientras que Fabra, Castellano y él mismo no hacen (Costa sí la presentó pero parece ser que se ha “olvidado” de declarar algunas cosas).
7. Por dar la espalda a las personas dependientes con fines políticos.
8. Por debilitar continuadamente el tejido público (educación pública, sanidad pública, etc.) invirtiendo dinero público en el sector privado, que prestan servicios que sólo pueden permitirse los más pudientes.
9. Porque es exigible que el President de la Generalitat sea realmente “molt honorable” y no se relacione con delincuentes, mucho menos si la relación está basada en contrataciones con dinero de todos los valencianos.
10. Por tener a los estudiantes en barracones y a las universidades públicas en números rojos, lo que demuestra que no se preocupa por la juventud.

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